jueves, 3 de junio de 2004

      A veces uno se encuentra con personas que están, sencillamente, por encima de la línea en la que todos estamos, o al menos deberíamos estar, virtud de ese algo que tiene que ver con la bondad, la simpatía y la inteligencia, dulcemente conjuntadas, el entusiasmo, la mesura, lo amable, la sencillez, la proximidad, y sobre todo la Luz....
      Nos conocemos desde hace poco tiempo, pero la primera vez que hablé con mi amigo Alex, me di cuenta de dos cosas: la primera es que iba a ser mi amigo, y la segunda, que era superdotado. Que estaba por encima de esa línea, ligeramente por encima al menos y por lo menos lo suficiente como para ser una de esas personas que siendo como son te invitan también a ser mejor.
      Hoy he ido a ver a Alex tocar en un bar, y mientras miraba sus manos entre trastes y escuchaba su voz, pensé que se confirmaban mis sospechas.
      Es probable que Alex lea lo que escribo en este momento, así que aprovecharé para decirle que pocas cosas me han alegrado tanto este día como que me dijera que me lee y que le flipa lo que escribo.
      ¿Así cómo va a faltar uno al respeto a la vida y dejar uno de hacer lo que le gusta?
      Por ti va este post después de unas semanas sin postear.


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