lunes, 28 de junio de 2004

Something in the way

    Anoche viniendo del camino de Huetor vi dos siluetas como dos letras enes muy estrechas que saltaban alegremente caminando por la carretera, sin que se pudiese saber si caminaban conmigo o hacia mi … al acercarme yo, sin acelerar la marcha se fueron desviando hacia un lado del camino, eran dos perros que seguían mi misma dirección.
    Uno de ellos molesto por la luz se fue subiendo por un terraplén, el otro justo antes de seguirlo, giró su cuello un momento y me miró. Era un galgo, y sentí en su modo que mirarme que él sabía que era galgo y como tal, un personaje en el Quijote, secundario pero no por ello menos simbólico, quizá más. Me miró con tranquilidad, como si no pudiese sorprenderse de mi asombro ya, con simpatía y algo de cansancio... cierta sabiduría, en fin, de galgo flacucho y pachorrón: La consciencia de mi mitología de la que nunca se podría librar.
    Sentí por poner un ejemplo, lo que se debe sentir al ver a la Rollins Band a punto de desaparecer por una esquina y que de pronto el mismo Henry Rollins
se diese la vuelta un segundo para mirar a los ojos de quien los sigue con la mirada.
    Y sentí un enorme respeto hacia él.


domingo, 20 de junio de 2004

Lo brutal y lo sutil.


          Trazar a mano alzados una línea recta es como pegar bien un puñetazo: no se debe mirar el propio puño sino el objetivo al que se dirige.
           Pruébenlo y verán que tengo razón.
        Lo del puñetazo me lo enseñó mi primo Carlos cuando le confesé que nunca en mi vida me había pegado con nadie. Él, preocupado de que un día necesitara defenderme, quiso darme una lección de cómo de endiña un buen puñetazo.
          Lo de las rectas lo deduje en los primeros años de ni carrera de arquitectura cuando, corroborando las enseñanzas de Carlitos, me di cuenta de que cada vez que veía el punto donde debía detenerme la línea me salía mucho más recta. Incluso llegué, a falta de él, a dibujar yo mismo el punto con un rápido movimiento del estilógrafo, para luego echar a correr a toda velocidad sobre el papel sin dejar de mirarlo. Es corta y bastante sencilla, pero me gusta esa carrera.
        “La geometría es tan hermosa”, me digo a veces alucinado ante lo que un puñado de líneas puede servir a mi imaginación, pero sin dejar de acordarme cada vez de mi primo Carlos ejemplificando puñetazos en el aire contra el sol de la tarde de aquel agosto. 
      Todavía lo recuerdo cada vez, es un tic, el trazo y la memoria están ligados ya para siempre. Llevábamos toallas atadas a la cintura, aun nos quedaban gotas brillantes sobre la piel, pero aun así no hicimos caso y nos sentamos a ver la tele mojados mientras mama preparaba la cena. A su lado yo parecía una piltrafa, él pesaba, medía, y ligaba al menos el doble que yo.

lunes, 7 de junio de 2004

Samantha se ha ido a la 1… Me ha dicho "sta pwrontow" y ambos hemos preferido no esperar a que el bus salga para dejarla. Samantha cogerá en Madrid un vuelo que la llevará a Chicago, de ahí a Frisco y de ahí un coche hacia un pequeño pueblo llamado Chico.
Viajará con el sol.
Samantha viaja con el sol, por lo que cuando llegué allí, será el mismo día en que salió, pero ella será 9 horas mas vieja. Y cuando el Viernes me llamé, yo cogeré el teléfono desde el Sábado, y le preguntaré si se da cuenta ahora de cómo es todo tan grande en América.
Samantha llegará el mismo día en que salió pero 9 horas más vieja. El tiempo no habrá pasado más que por su cuerpo encerrado en el cielo. El tiempo se habrá perdido por un agujero del cielo de 400 plazas. En una carrera contra el sol a través de dos continentes.
Me vienen muchas formas a la cabeza para expresar el vacío. Pero creo que ninguna es tan gráfica como las 18 horas que Samantha envejecerá dentro de una máquina que cruza un océano sin que ella pueda apenas darse cuenta…. Para salir en un mundo que en el que solo han pasado 9.
Yo por mi parte regreso a casa con esa resaca amarga y dulce a la vez que me dejan las despedidas, con todos los “vaya se me olvidó decirle” y todas las cosas que nos han pasado en los 9 meses que vivimos juntos. Cuando llego a casa he repasado 9 meses lentamente, cuidando detalles que quizá antes no remarcaba… lo cual solo me habrá tomado el tiempo tres canciones de Guns and Roses que he tarareado hasta gritar y pegar emocionado el volante.
Me apetecía mucho algo realmente Americano.


sábado, 5 de junio de 2004

Tengo el cerebro sorbido y las alas chamuscadas. Gracias papa, gracias mama, gracias mundo.
Volveré a alzar el vuelo, porque es mio y solo mio y lo defendre con uñas y dientes.
Nothing will stop me so, when I won't care anymore.

jueves, 3 de junio de 2004

      A veces uno se encuentra con personas que están, sencillamente, por encima de la línea en la que todos estamos, o al menos deberíamos estar, virtud de ese algo que tiene que ver con la bondad, la simpatía y la inteligencia, dulcemente conjuntadas, el entusiasmo, la mesura, lo amable, la sencillez, la proximidad, y sobre todo la Luz....
      Nos conocemos desde hace poco tiempo, pero la primera vez que hablé con mi amigo Alex, me di cuenta de dos cosas: la primera es que iba a ser mi amigo, y la segunda, que era superdotado. Que estaba por encima de esa línea, ligeramente por encima al menos y por lo menos lo suficiente como para ser una de esas personas que siendo como son te invitan también a ser mejor.
      Hoy he ido a ver a Alex tocar en un bar, y mientras miraba sus manos entre trastes y escuchaba su voz, pensé que se confirmaban mis sospechas.
      Es probable que Alex lea lo que escribo en este momento, así que aprovecharé para decirle que pocas cosas me han alegrado tanto este día como que me dijera que me lee y que le flipa lo que escribo.
      ¿Así cómo va a faltar uno al respeto a la vida y dejar uno de hacer lo que le gusta?
      Por ti va este post después de unas semanas sin postear.


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